Temperatura corporal y fiebre
La temperatura corporal normal es el resultado del equilibrio fisiológico entre los mecanismos de disipación del calor y los mecanismos de conservación del calor en el cuerpo. En adultos el valor de la temperatura corporal normal es de unos 37ºC con una variación de ±0,5ºC. Mientras que, en pacientes pediátricos se evalúa el rango normal de entre 36,5ºC a 37,3ºC.
Esta temperatura fisiológica varía según el ritmo circadiano, quiere decir que en horas tempranas de la mañana (4:00 AM) la temperatura corporal es menor, y en horas de la tarde aumenta. Las variaciones circadianas en la temperatura representan un cambio desde los 36ºC hasta los 37,5ºC. Incluso, aun en los estados de fiebre, estas variaciones con el ritmo circadiano se expresan, por lo que, deben ser tomados en cuenta al momento de la medición de la temperatura.
En casos en los que el individuo presenta una temperatura constante en niveles de 38ºC sin representar ningún síntoma de una patología ni alteraciones del centro termoregulador de hipotálamo se les conoce como la condición de hipertermia habitual. Esta no se identifica como fiebre.
Otro caso de aumento de la temperatura normal es en la segunda mitad del ciclo menstrual dado a la liberación de la progesterona y de sus productos de la degradación. Por lo cual, tampoco es considerada fiebre.
Tabla de contenido
Qué es la fiebre
La fiebre es el aumento de la temperatura corporal normal desencadenado por medios fisiológicos ,en la mayoría de los casos, a través de un reajuste del termostato central que es el termoregulador del hipotálamo. Este mecanismo es una respuesta ante un estímulo externo (estímulo pirogénico) como virus, bacterias con el fin de combatir dichos organismos. Por lo cual se le asocia como un síntoma o signo dependiente de una enfermedad o infección.
Tomando en cuenta el ritmo circadiano, se habla de fiebre a la temperatura corporal mayor a 37,2ºC matutino y mayor a 38ºC vespertino.
Tipos de fiebre
La fiebre es un signo cuantificable que puede normalmente se presenta en pacientes con otro síntoma asociado. De esta forma, el diagnóstico es objetivo en función al síntoma que presenta y el tipo de fiebre que desarrolla el paciente.
Para desarrollar una clasificación objetiva y una apreciación del tipo de fiebre que presenta el paciente, será necesario fomentar y realizar la toma de la temperatura del paciente dos veces al día, una vez matutina y una vez vespertina. Esta gráfica presentará la evolución del cuadro febril en el paciente y se le conoce como curva febril.
Fiebre según su duración:
Fiebre aguda
En el caso de un aumento de temperatura corporal del paciente que tiene una aparición súbita y una defervescencia en un plazo menor a quince días. Sin asociación con otro síntoma o complicación.
Fiebre Prolongada
En el paciente se expresa una temperatura corporal alta con una duración de más de quince días que puede desaparecer en crisis (bruscamente) o en lisis (escalonadamente) o mantenerse en el rango en la toma de la temperatura.
Cuadro febril según su curva o patrones
Fiebre continua o sostenida
El estado de desarrollo del cuadro febril del paciente es constante en el tiempo con una variación menor a un grado con respecto a la toma de la mañana y la de la tarde.
Las causas más comunes de este tipo de fiebre es:
- Neumonía Neumocócica
- Brucelosis
- Meningitis
Fiebre intermitente
También conocida como fiebre cotidiana, héctica o séptica, se caracteriza por una fiebre bastante elevada que en su curva febril presenta variaciones de mayor a 1ºC de temperatura. Que incluso, puede llegar a establecer una temperatura corporal normal con sudoración abundante.
Este tipo de fiebre se pueden encontrar en pacientes con:
- Tuberculosis
- Abscesos piogénico
- Infección bacteriana por bacilo Gram Negativo
Fiebre remitente
En este cuadro febril se determina una variación de la temperatura mayores a 1ºC entre su toma. Pero nunca se evidencia la defervescencia a temperaturas normales.
Este síndrome febril esta asociado a:
- Bronquitis aguda
- Paludismo
- Endocarditis bacteriana
Fiebre recurrente
También se conoce como fiebre recidivante, se caracteriza por lapsos de fiebres que pueden tener un patrón continuo, remitente o intermitente de forma prolongada y que se alterna con periodos de apirexia o valores de temperatura corporal normal.
Este tipo de síndrome febril se puede asociar a ciertas patologías:
- Linfomas de Hodgkin
- Dengue
- Encefalitis
- Meningitis
En el caso de la fiebre por linfoma de Hodgkin responde a un síndrome asociado a la fiebre de Pel-Ebstein
Fiebre de origen desconocido o FOD
Esta clasificación responde a una serie de características en las que la fiebre de origen desconocido se determina bajo el estudio de la curva febril. Este cuadro febril tiene una duración mayor a quince días y no se haya defervescencia con antipiréticos ni se determina la causa a partir de exámenes clínicos. Además, la temperatura se mantiene constante en un nivel mayor a 38,3ºC.
Esta se puede clasificar según las sospechas de incidencia de este tipo de fiebre
FOD clásica
Para determinar esta clasificación el paciente debe presentar más de dos semanas con fiebre mayor a 38,3ºC y con mas de tres días en estudio de exámenes hospitalarios sin encontrar la etiología.
FOD neutropénica
Para establecer esta clasificación de fiebre de origen desconocido es necesario determinar que el valor de la toma de temperatura no es menor de 38,3ºC y en el conteo de neutrófilos se hayan menos de 500 neutrófilos por milímetro cúbico. Que además presenta el mismo conteo luego de uno o dos días.
FOD nosocomial
Se determina al presentar una fiebre mayor a 38,3ºC en un plazo mayor a tres días cuando un paciente se encontraba hospitalizado y no respondía a síntomas de infección. En este caso, presentó los síntomas a partir de la intervención hospitalaria.
FOD asociada a VIH
En este tipo de cuadro febril el paciente presenta una temperatura mayor a 38,3ºC en un plazo mayor a tres días si es en estudio hospitalario o más de cuatro semanas si es un paciente ambulatorio. Esta se encuentra asociada básicamente a la condición de VIH y se diagnostica cuando no se consigue la causa de la fiebre.
Manifestaciones semiológicas de un cuadro febril
En la clínica se pueden evaluar una serie de características semiológicas en el paciente que son asociadas directamente con la presencia de una temperatura corporal elevada. Estas manifestaciones pueden ser generales o específicas de una región o síntoma focalizado y pueden ser determinada bajo las técnicas de semiología médica.
Signos o manifestaciones semiológicas generales de la fiebre:
- Deshidratación
- Fascies febril
- Piel caliente
- Taquicardia
- Hipotensión arterial
- Orina escasa y con albuminuria
- Taquipnea
- Lengua subdural
Manifestaciones locales de la fiebre
- Cefalea
- Dolor al orinar
- Lumbalgia
- Dolor abdominal
- Dolor de garganta
Causas de la fiebre
Dado a las sintomatologías y signos que se pueden asociar junto a la fiebre en las manifestaciones clínicas, la fiebre puede ser de diferentes etiologías:
Causas infecciosas de la fiebre:
- Bacteriana
- Virales
- Parasitarias
- Fúngicas
- Clamydia
Etiología no infecciosa de la fiebre
- Leucemia
- Enfermedades tumorales
- Infarto
- Drogas
- Traumatismos
- Lupus
- Cirrosis hepática
- Infarto pulmonar
- Infarto cardiaco
- Artritis reumatoidea
- Infarto cerebral
Importancia clínica de la fiebre
Un cuadro febril es un signo sencillo de identificar y cuantificar para seguir la evolución de una patología y determinar el desarrollo del tratamiento a través del seguimiento de la fiebre.
Idealmente el tratamiento se sugiere para la enfermedad y no para la sintomatología en sí. Ya que es un buen indicador del estado infeccioso o patológico del paciente.
Una ventaja del seguimiento semiológico y clínico de la fiebre es que este no es un signo alterable emocionalmente o externamente como el caso del pulso, la respiración y la presión arterial.
Referencias bibliográficas
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- Rojo E, Pérez A, Soto O, Ibarra P. Propedéutica y semiología médica. 1era edición, Ciudad de México: El Manual Moderno; 2018